Necesito silencio para esperar sentado, en lugares apacibles pero desordenados, requiero tiempo sin pausa y un caudal de información precisa para sentirme inhóspito, pero apurándome por la multitud.

Necesito de todos ustedes, les parecerá extraño, pero soy casi nada sin fraternidad, sin un poco de amor, soy tan parecido a vos que me trastorno adrede, me transfiguro para no ver siempre mi retrato, guiándome con
la incertidumbre del transeúnte.

Necesito de la razón, sobre todas las cosas, y no siempre soy razonable…ahuyento miedos que saben como regresar, porque conocen mi camino, y la seriedad los presenta sensatos.

Necesito la incomunicación tanto como un pensador, pero pienso que el desierto me seca el alma, y ya no quiero compasiones, ni clamores; ni rumores, solo esa paz infalible que inusitadamente sobrevive a la crueldad.

Necesito tanto que jamás terminaría de berrear, en elipsis, en un tiempo si tardanza, en cualquier lugar, sentado sobre
esperanza.