Simón despertó con la alarma del celular, y pensó otra vez en cambiarla, lo venia postergando hace tiempo, y lo incomodó tanto olvido. Todavía no amanecía y manoteó el interruptor del velador, pero nada , ni un chispacito en los delicados filamentos de la bombita, nada. Tiene que estar mal enchufado pensó, y además ¡era domingo! Otro olvido y este no era menor. Tengo que seguir durmiendo, sin dudas tengo que apolillar tranqui, lo del velador para después, y se tapo con la almohada.
¿Y si en realidad se cortó la luz?
Domingo sin luz...bah, no importa, mejor así me despejo un poco, se impuso, salgo por ahí, y en ese momento volver a dormir era como regresar al pasado, interesante pero imposible.
Se había desvelado completamente y sus pies despiertos lo llevaban sonámbulo a la caja de electricidad. Abrió la tapita de plástico y las llaves se encontraban on, verde, estaban bien. corte. corte general. La vecina vociferaba, y encima me dicen que no saben cuando vuelve...
El sol iluminaba la pieza-baño-cocina, una exigua habitación en sumatoria, que él sentía su hogar. Su televisor, una radio vieja pero fiel, computadora con conexión a Internet, y el teléfono esperando sin necesidad de electricidad.
Llamo a, ¡no! ¿para que?. a claro, para contarle que se me cortó la luz. No, no solo van a pensar que estoy aburrido, sino que solo llamo cuando no tengo nada, pero nada que hacer, llamados no.
Pensó en un libro o una revista, que alguna rara vez ojeaba, pertenecía a la nueva generación que no tenía gusto por leer, y también se lo recriminó, aunque justificó con la frase, estando Internet quien puede decir que no se lee, aunque casi involuntariamente cazo un libro viejo, y así del sillón a la caja de luz y viceversa, Salió a la calle, y el pibe de enfrente preguntó que la madre decía si teníamos luz, y ya era el mediodía, pasado, podría haber salido a comer algo, pucha, hubiera sido una buena excusa para hacer un llamado en particular.
Pero y si hubiese vuelto la luz. No. Esperar enérgicamente la energía. Un rato mas. Y otro camino a la maldita caja de luz mala, a la disyuntiva térmica, a la bendita electricidad.
Y fué cuando subitamente tuvo una revelación, se le hizo su luz. Se ilumino la oscuridad.
Y prendió la computadora.
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