Estoy de frente de costado, mirando con el rabillo del ojo
Ahuyentando espectros furibundos, saltando este charco de piedad
Me miro el ombligo en el espejo, y tu cara detrás murmurando
Sabiendo bendecir las pesadillas y maldiciendo cada sueño
Buscando un fajo de amor, la bolsa o la soledad, la tristeza o la vida
Y entretanto, observas el futuro con una bola supersticiosa
Venís lentamente con tu sonrisa enjaulada, y vuela en libertad
De vez en cuando podes creer que hay ciertas certezas
Otras, te persigue la duda pero logra alcanzarte cuando doblas la esquina
Y yo, caminante de otros barrios, te encuentro divina, fugaz, entendida
Te espero unos minutos en la tregua, y quiero hacerte el amor…no la guerra.
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